Historia de un sello

Los hechos que a continuación os voy a relatar comienzan en la Avilés natal de Paco Menéndez, una mente privilegiada donde las haya que en los años 80 vislumbró un videojuego adelantado a su época. Nada de esto habría tenido lugar si otro avilesino y socio nuestro no hubiese propuesto emitir un sello como forma de homenaje por los ya treinta años que han pasado desde que se gestó e hizo tangible esta obra de arte hecha videojuego.

El camino no resultó fácil porque todavía es complicado hacer valer una expresión cultural que, a diferencia del cine o la literatura, aún no ha alcanzado el mismo reconocimiento social. Pese a eso nuestro entramado legal se puso en marcha y dirigió un escrito a la Comisión Filatélica del Estado poniendo sobre la mesa sólidos argumentos que sustentasen la petición del que podría ser el primer sello dedicado a un videojuego en España.

Sin embargo, tras albergar esperanzas debido a una pronta y positiva respuesta, vino un jarro de agua fría que, pese a todo, no nos hizo bajar los brazos y nos animó a no resignarnos expresando nuestra indignación y sorpresa ante la negativa a emitir este sello. Esto nuevamente activó nuestro entramado legal en forma de escrito de protesta.

El tiempo transcurría inexorable y mientras trabajábamos otros posibles homenajes ya dimos por imposible esta emisión debido a que no se podía reiterar la petición hasta tres años más tarde.

Por fortuna el 24/11/2016 llegaron unas palabras inesperadas pero muy alentadoras al correo de la Asociación:

«Estimado Sres.,

Me pongo en contacto con ustedes en nombre del Subdirector de Filatelia, porque queremos mantener una reunión para comenzar con el diseño del sello.

Les proponemos como fecha de reunión el 22 de diciembre a las 9:30 horas en Correos y Telégrafos, S.A.

Necesitamos confirmación y número de personas que acudirán a la reunión.»

¿Realmente iba a ocurrir el milagro?

Finalmente la reunión tuvo lugar en enero de 2017 y asistió parte de la Junta Directiva para enseñar el videojuego a los responsables de Correos y así poder nosotros entender los procesos que confluyen previos a la emisión de un sello. Aquel día descubrimos con sorpresa la cantidad de detalles y matices que tiene una emisión e incluso, ¡nos cruzamos con el sello de Rocío Jurado! 😀

Ha sido un trabajo arduo repleto de ideas y bocetos que podréis ver en la galería:

Detrás de algo tan aparentemente sencillo como un sello hay todo un proceso creativo que, como todo lo que hacemos en la AUIC, ha sido un auténtico trabajo de equipo aunque, sin la menor de las dudas, el artífice de este sello es el propio Juan Delcán, aquel que en 1987 diseñó los muros de este videojuego junto a Paco Menéndez.

Para todos nosotros ha sido un enorme honor compartir con él estos meses de trabajo; su implicación realza enormemente el valor de la emisión de un sello que transmite de forma visual una cultura y un elogio al arte minimalista que se originó en el corazón de un ordenador de 8 bits.

Queremos ante todo terminar agradeciendo con fuerza el apoyo de todos los compañeros y amigos de AUIC así como a Correos por darnos esta oportunidad histórica.

Así que muchas gracias a todos los que se han implicado activamente para llevar a buen puerto nuestro más preciado sello que, el 8 de mayo, marcará la fecha de un momento histórico para el videojuego español:

José Manuel Braña, por su propuesta y ser un gran impulsor del justo reconocimiento al valor de este videojuego.

Sergio Modia, por modelar las primeras ideas y bocetos que inspiraron el «brainstorming» posterior.

Paco Suárez, porque suya fue la idea que hizo tomar el rumbo correcto del diseño del sello poniendo en valor el propio diseño al píxel que tenía el videojuego.

Manuel Pazos, por su eterno apoyo a la causa y sus bocetos e ideas.

Jaume Esteve, por su labor de presión, documentación y apoyo en la prensa escrita y digital.

Rafa Corrales, por haber coordinado, impulsado y gestionado la cobertura legal de la emisión del sello.

Nacho Osete y Dani Canales, por su apoyo, ideas, y soporte.

Daniel Celemín, puro arte pixelado, su apoyo en el ensamblaje del pliego ha sido fundamental.

A Paco Menéndez, porque su trabajo sigue brillando treinta años después.

Y naturalmente a Juan Delcán, pues nuevamente de sus manos ha nacido puro arte para que este sello ya histórico sea desde hoy parte del patrimonio español. Este es un hito que rinde justo homenaje a uno de sus videojuegos más representativos y abre la puerta a muchas otras iniciativas futuras.

 

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